La
salud humana, la salud animal y el medio ambiente no dejan de ser facetas de
una misma realidad. Este es el enfoque de One Health o salud única, el tema
principal del congreso de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud
(ANIS) que se ha celebrado estos días en el Instituto Maimónides de
Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), centro que depende del Hospital
Reina Sofía y la Universidad de Córdoba. El evento se inauguró el pasado
viernes, en un acto que contó con la presencia, entre otras autoridades, de la
ministra de Sanidad, Carolina Darias.
Durante
su intervención, la ministra quiso reconocer el trabajo y la dedicación de los
periodistas, reconociendo su papel como agentes imprescindibles para la gestión
de la pandemia de covid-19. “No puedo menos que agradecer el rigor que han
tenido para transmitir una información seria y contrastada. Sin los periodistas
no hubiera sido posible seguir avanzando contra el coronavirus, pero también
contra los bulos y la desinformación”, explicó la ministra Darias.
La
ministra destacó cómo la situación actual que se vive en España solo ha sido
posible gracias al éxito de la vacunación, algo que no hubiera sido posible sin
la colaboración de los medios de comunicación, que han compartido con la
ciudadanía los mensajes correctos, que han permitido tener la mejor tasa de
vacunación de Europa, con una de cada diez personas llamadas a vacunarse con al
menos una dosis. “Hemos puesto 71 millones de dosis y esto es todo un éxito de
país.”
Función
clave de los periodistas en la One Health
El
tema central de este congreso ha sido el reto urgente de adoptar una visión
integral que aborde la salud de todo el planeta como una única realidad
compleja, en la que la salud humana, la salud veterinaria y el medio ambiente
suponen diferentes facetas que se interrelacionan. Un concepto complejo que los
científicos llevan ya años poniendo en las agendas, pero que no ha trascendido
todavía a la sociedad como es debido. Y para lograr ponerlo en las agendas políticas,
los periodistas deben desempeñar una función clave como transmisores de este
concepto.
Esta
ha sido una de las conclusiones principales que se pudieron extraer del
congreso, en el que participaron reputados expertos que explicaron cómo se
aborda este concepto, tanto desde la investigación sanitaria para seres humanos
como desde la veterinaria o las ciencias ambientales. “Existen toda una serie
de contratiempos estructurales que son necesarios abordar para lograr avanzar
en el enfoque de una salud única para afrontar los problemas que se avecinan.
Problemas de pobreza, de ilegalidad o de educación. Y los medios de
comunicación tienen unas audiencias que nosotros los científicos no podemos
alcanzar, así que cada vez son más fundamentales para apoyar mensajes de
construcción colectiva de problemas sociales”, explicó Ana María Hernández,
presidenta de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre
Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
La
reciente pandemia de covid-19 ha puesto sobre la mesa la problemática de las
enfermedades emergentes. Hasta ahora se han tratado de una forma reactiva, pero
los expertos no dudan en señalar que, si algo hemos debido aprender de esta
última crisis, es la necesidad de un enfoque más preventivo. “Y esto no será
posible sin el trabajo de los expertos en la salud animal. Solo sabiendo qué
virus están circulando entre los animales podremos prevenir cuáles serán las
epidemias del futuro entre los humanos, ya que el 75% de las enfermedades
emergentes tienen un origen animal”, recalcó Elisa Pérez, experta en virología
veterinaria One Health del Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto
Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria del Centro
Nacional del CSIC.
Y
en este enfoque no se puede obviar el impacto de las circunstancias
ambientales. Felipe Colón, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de
Londres, explicó los resultados de varios trabajos en los que se ha
profundizado en cómo el cambio climático puede tener un impacto en las
enfermedades humanas. “Nuestros resultados son alarmantes. Hemos encontrado que
el cambio climático incidirá de forma muy significativa en el incremento de la
estacionalidad o los meses de transmisión de enfermedades como el dengue o la
malaria, que en las zonas más altas podría aumentar en hasta 1,6 meses, pero en
las más bajas 4 meses, habiendo hasta 10 meses de transmisión. También se
incrementaría notablemente la población de riesgo, que pasaría de los 4.300 millones
que estimamos en la actualidad a los 8.000 millones, en los escenarios más
pesimistas.”
Los
medios de comunicación se han visto reforzados durante la pandemia
La
crisis sanitaria producida por la covid-19, una enfermedad con origen
zoonótico, hacía tiempo que estaba contemplada como posible por la Organización
Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, a pesar de todos los avisos, la
pandemia ha supuesto un importante reto en numerosos aspectos, y la
comunicación de la crisis ha sido, sin duda, uno de los más destacados.
Los
expertos no dudan en señalar que esta no será la última crisis a la que nos
tendremos que enfrentar y que la próxima pandemia está cerca. Por eso, extraer
conclusiones de lo que se ha hecho bien y mal, hablando desde el campo de la
comunicación, puede ayudar en el futuro cercano. “Parte de los problemas en
comunicación de crisis durante la pandemia han estado originados en no haber
elegido el registro correcto. Se optó por una comunicación política cuando era
necesaria una comunicación de emergencia, no centrada en convencer de la
conveniencia de las medidas, sino dedicada a la transmisión de información”,
explicó Francesc Pujol, de la Universidad de Navarra.
Otro
de los problemas que se tuvieron que afrontar durante la crisis fue la
desinformación, un fenómeno que ya se apuntaba con anterioridad, pero que
alcanzó grandes cotas durante los peores meses de la pandemia, como no dudó en
explicar Myriam Redondo, responsable de VerificaRTVE. “Pudimos ver todos los
tipos de desinformación, desde el buen samaritano que comparte algo que no es
cierto con buena intención, hasta campañas sofisticadas y planificadas para
hacer daño. También vimos la aparición en España de agitadores, una figura que
no estaba muy presente en nuestro país.”
En
este contexto de desinformación, la función de los medios de comunicación
tradicional se ha visto ampliamente reforzada, a pesar de que con anterioridad
esos medios estaban fuertemente cuestionados y se planteaba la necesidad de
planificar estrategias que ayudaran a revitalizarlos. “Hemos vuelto a los
medios tradicionales en todas las capas sociales. Les hemos devuelto a los mass
media la autoridad periodística, y así se ha visto que hasta el 65% de la
población los usaba para contrastar información. Esto de volver a creer en los
medios se ha producido en todas las edades, incluidos los más jóvenes. Se ha
visto que ante la avalancha informativa que muchos no eran capaces de
gestionar, la necesidad de orden, rigor y filtro se lograba gracias a la
función de los medios tradicionales, que servían para discernir qué era lo
correcto”, recalcó José Carlos Losada, profesor de Periodismo de la Universidad
de Murcia.
Cuidar
la salud mental de los periodistas
Entre
el 80 y el 100% de los periodistas estarán expuestos a cubrir algún evento
traumático a lo largo de sus carreras. No solo informando de primera mano, sino
también revisando imágenes o entrevistando a testigos. El Instituto Reuters
realizó un informe avisando de la importancia de disminuir la presión bajo la
cual están trabajando los periodistas. La pandemia de covid-19 ha supuesto un
fuerte impacto para el sector: hasta el 80% de los periodistas han reconocido
sufrir alguna reacción negativa por cubrirla y un 70% afirma padecer de
angustia psicológica.
Todo
esto se une a las condiciones de un colectivo de riesgo y cuya salud mental ya
estaba en un estado muy precario, como explicó Santiago Gascón, investigador del
Departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza, que
antes de la pandemia realizó un estudio con periodistas para ver cómo afectaba
el desempeño de la labor profesional a su salud mental. “Hasta un 44,4% de esos
periodistas sufría de agotamiento emocional y un 19% de despersonalización. La
sobrecarga de trabajo, la falta de recompensas o el conflicto entre los valores
propios y los de la empresa eran los principales factores que influían en la
primera, mientras que en la despersonalización los más significativos eran el conflicto
de valores y el bajo reconocimiento.”
Pero
como los números son fríos y no siempre sirven para que podamos entender toda
la magnitud de una problemática compleja, durante el congreso de ANIS se contó
con el testimonio de tres profesionales de reconocido prestigio que explicaron
cómo han tenido ellos que lidiar con diferentes problemas de salud mental. Mar
Cabra, periodista exeditora del equipo de Datos y Tecnología del Consorcio
Internacional de Periodistas de Investigación, una de las periodistas que ganaron
el premio Pulitzer por el trabajo sobre los Papeles de Panamá; Emilio de
Benito, periodista sanitario de El País, y Javier Granda, periodista freelance
especializado en información sanitaria.
“Después
de ganar el Pulitzer, contaba con más de 40 premios en mi currículum y había llegado
a lo más alto de mi carrera. Sin embargo, me encontraba que estaba
completamente vacía por dentro. Estaba agotada física y mentalmente. Me había
quemado”, explicó Mar Cabra, quien, después de lidiar con sus problemas
mentales, decidió poner en marcha el proyecto The Self Investigation para
ayudar a otros periodistas a evitar el síndrome del burn-out, y que dio
algunas claves sobre la importancia de aprender a poner límites y de luchar
contra la hiperconexión, que tanto afecta a muchos profesionales.
“Después
de haber salido de múltiples armarios, me he encontrado que he tenido que salir
de uno nuevo, el de los problemas de salud mental. En 2019, tuve que dejar la
presidencia de ANIS porque ya no podía más. El estrés de la presidencia y de
los cambios en mi periódico hicieron que un día acabara derrumbándome sin poder
salir de la cama”, declaró Emilio de Benito, quien explicó también lo difícil
que era reconocer que uno tenía un problema, y que, aunque es cierto que las
organizaciones no cuidan realmente de la salud mental de sus trabajadores, lo
primero y fundamental es empezar luchando contra esta autonegación de los
problemas propios.
Por
su parte, Javier Granda explicó en una emotiva historia su viaje personal
acompañando a su pareja, Raquel, que lleva años lidiando con estos problemas de
salud mental. “Quiero, sobre todo, transmitir la importancia de la empatía, que
es algo fundamental. En el periodismo, el rigor en la información lo doy por hecho,
pero tenemos que tener esa empatía de preguntarle al de al lado si está bien.
Es muy difícil, y lo entiendo. Hemos de ayudar en la medida de lo posible a
mitigar esos demonios internos con empatía y a convencer a las organizaciones
de que la salud mental tiene que ganar la visibilidad que se merece.”
Divulgar
e informar pueden ser complementarios
La
pandemia de covid-19 también ha servido para acelerar en nuestro país un nuevo
fenómeno, el de profesionales sanitarios que deciden dar un paso hacia la
divulgación aprovechando el impacto de las redes sociales. Julio Mayol,
director médico del Hospital Clínico San Carlos, es uno de ellos. Aunque ya
llevaba divulgando a través de Twitter desde hacía muchos años, la crisis
sanitaria hizo que se disparasen sus seguidores, hasta el punto de acabar
participando en los debates sobre covid-19 en La Sexta Noche.
“Soy
simplemente un profesional que comparte sus opiniones y conocimientos a través
de los canales que están disponibles. No me dedico a hacer información, aunque
eso no evita que se me escuche. Y te das cuenta de la importancia que tienen
pequeñas cosas que digas. Es cierto que los profesionales sanitarios no hemos
recibido ninguna formación formal para comunicarnos, y menos para hacerlo con
una audiencia que sobrepasa los millones de personas, y esto quizás debería
plantearse para mejorar en el futuro los grados de estas carreras”, apuntó
Julio Mayol.
Pablo
Linde, periodista de Salud de El País, y Belén Remacha, exredactora de elDiario.es,
también participaron y reconocieron que no ven en esta labor de algunos
profesionales sanitarios una competencia. “No es lo mismo el periodismo que la
divulgación, aunque tienen muchos puntos en común. Al final son dos cosas
distintas que acaban convergiendo y se unen. Y, de igual forma que en el
periodismo político no solo escriben periodistas políticos, en el sanitario
también debe haber espacio para muchos otros perfiles”, apuntó Linde, con quien
coincidió Belén Remacha: “Son dos trabajos complementarios en todo momento. Son
dos labores que cumplen funciones diferentes. Un profesional sanitario es
alguien muy especializado que no siempre tiene presente que se dirige a una
audiencia que no dispone de sus mismos conocimientos, y es importante la labor
de un periodista que ayude a trasladar las inquietudes del ciudadano de a pie.
Son labores complementarias y nuestra experiencia así lo ha demostrado”.
Patrocinadores del
XVI Congreso ANIS
Cabe recordar que
el XVI Congreso ANIS es posible gracias a la colaboración de los patrocinadores
Oro, categoría en la están Pharmamar, Pfizer, Chiesi y AstraZeneca. También es
de destacar el apoyo de los patrocinadores Plata: Ayuntamiento de Córdoba,
Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, Raíz, Lilly, Novo Nordisk, Cinfa,
ABVVIE, Vithas, Roche y Lundbeck. Los patrocinadores Bronce han sido: IPSEN,
FENIN, MSD, Veolia, Merck, GSK, Cantabria Labs y Loyola.
**Sobre
la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS)
La Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) es la
asociación de periodistas sanitarios y profesionales de la comunicación en
salud de España. Fue creada en 1994 y cuenta con 700 asociados, periodistas especializados en salud de
todo el país, con representantes de todos los soportes existentes (prensa,
radio, televisión e internet), y pertenecientes tanto a la prensa generalista y
especializada como de difusión nacional y local.
También aglutina a los representantes de la comunicación de servicios y
centros sanitarios, instituciones, entidades y empresas sanitarias, así como
agencias de comunicación. Además de periodistas y comunicadores, integran esta
asociación numerosos profesionales de todos los sectores sanitarios, como
médicos, enfermeros y farmacéuticos.
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