- . “La terapia dirigida contra la mutación BRAF en cáncer colorrectal puede considerarse como un nuevo hito en el ámbito de la medicina personalizada de precisión”. Con esta afirmación ha concluido el Simposio ‘Avances en el tratamiento de los pacientes con cáncer colorrectal con la mutación BRAF’, organizado por Pierre Fabre en el marco del Congreso de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM 2021 VIRTUAL), celebrado del 18 al 22 de octubre.
La Dra. Pilar García Alfonso, oncóloga
médica del Hospital Gregorio Marañón, así lo ha expresado durante el simposio,
en el que se ha realizado un repaso exhaustivo de la evidencia generada en
torno a esta nueva opción de tratamiento, basado en la combinación de un
inhibidor de BRAF (encorafenib) y un inhibidor de EFGR (cetuximab) -con o sin
inhibidor de MEK (binimetinib)-, y que cuenta ya con el aval de las agencias
europea y americana, la EMA y la FDA, respectivamente, en pacientes que hayan
recibido tratamiento previo.
En este sentido, la Dra. García Alfonso,
coordinadora del simposio, ha indicado que los pacientes a los que va dirigido
este avance terapéutico suelen presentar mal pronóstico, “con una mediana de
supervivencia que se sitúa en torno a los 12 meses, y donde el 40% ni siquiera
llega a recibir la segunda línea de tratamiento”. Por eso, al no existir a día
de hoy, un tratamiento estándar para pacientes con BRAF V600E mutado en primera
línea que haya demostrado un nivel de eficacia aceptable, “se necesitan
segundas líneas de rápida incorporación”, según esta
especialista.
A esa escasa respuesta a los estándares
existentes se ha referido también la Dra. Ana López, del Servicio de Oncología
Médica del Hospital Universitario de Burgos, quien ha calificado como
“necesaria” la aportación que ha venido a hacer la terapia dirigida que combina
un inhibidor de BRAF y un anti EFGR, con o sin inhibidor de MEK. A este respecto,
aludió a la relevancia de los resultados del estudio 1BEACON, el
cual, a su juicio, sirve para fijar “un nuevo estándar de tratamiento en
pacientes con cáncer colorrectal con mutación en BRAF V600E, tras una primera
línea de tratamiento”.
Este estudio, según ha afirmado, demuestra
la superioridad tanto con la doble, como con la triple terapia dirigida, en
supervivencia global frente a la estándar (9,3 meses vs. 5,9 meses), un
beneficio que se mantiene “en la supervivencia libre de progresión y la tasa de
respuesta”, ha subrayado. Y más allá de estos datos que sustentaron la
autorización por parte de la EMA, ha apelado al análisis de posibles subgrupos
donde se podrían maximizar los beneficios de la triple terapia dirigida, como
pueden ser, según resultados presentados en ASCO 2021, los “pacientes con
varias localizaciones metastásicas u otros datos que apunten a una mayor carga
tumoral”. Asimismo, ha citado “un estudio molecular predictivo en pacientes con
cáncer colorrectal con mutación de BRAF, del que se ha extraído una tasa de
respuesta superior en aquellos con sobreexpresión de CSM4, BM1 y MAP3K8”.
La calidad metodológica del estudio BEACON
Por su parte, el Dr. Javier Zamora, de la
Unidad de Bioestadística del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, ha
subrayado la “buena calidad metodológica del estudio BEACON”, tras su revisión
pormenorizada, lo que implica que lleva asociado un “riesgo bajo de sesgos”,
gracias al “proceso de aleatorización realizado, a la ausencia de datos
perdidos, se han medido adecuadamente los desenlaces, y se han reportado
adecuadamente los resultados del estudio”.
Además, resaltó el valor del análisis
interino integrado en el protocolo, que incluía el establecimiento de los
criterios para la detención del estudio en función de superioridad, daño o
futilidad. Su conveniencia fue demostrada posteriormente con los datos de
seguimiento más allá de los 12 meses, que confirmaron los hallazgos
previos.
Más allá de BEACON, el Dr. Vicente Alonso,
del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Miguel Servet de
Zaragoza, ha hecho referencia a nuevos estudios que ya se han realizado o que
están en marcha para analizar el impacto de la terapia dirigida en pacientes
con cáncer colorrectal con BRAF V600E mutado en primera línea.
En este punto, ha mencionado, por un lado,
el estudio 2ANCHOR CRC, en fase II, con un perfil de pacientes
mayoritariamente femenino, con predominio del colon derecho y con afectación
ganglionar y peritoneal, características que configurarían lo que calificó como
“el perfil tipo”. El 75% de ellas, además, tenían dos o más localizaciones
metastásicas. “Los hallazgos apuntan a una tasa de respuesta del 47%, por
encima del objetivo marcado inicialmente, y una tasa de control de la
enfermedad que rondaba el 88%.
También se ha referido a un estudio en
marcha, 3BREAKWATER, con dos grupos experimentales: encorafenib y
cetuximab, y encorafenib, cetuximab y quimioterapia, más uno de control, donde
se medirá, como objetivo primario, la supervivencia libre de progresión, y como
secundario, la supervivencia global; y a CONFIDENCE, un análisis retrospectivo
de datos de vida real que se va a llevar a cabo en España con unos 50 pacientes
tratados con encorafenib y cetuximab.
Con toda esta evidencia generada, la Dra.
López considera que la terapia dirigida ha establecido ya “el nuevo estándar
para los pacientes en segunda línea”, lo que supone “una revolución”. El Dr.
Zamora, por su parte, añade el interés de realizar un “análisis confirmatorio”
para afianzar la evidencia generada en torno a los beneficios adicionales que
pueden aportar en algunos subgrupos de pacientes, así como “conocer la mejor
secuencia de tratamiento en estos pacientes”, concluye la Dra. Alfonso.
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