Mañana, 7 de octubre, es el Día Internacional de
la Neuralgia del Trigémino, un trastorno que según datos de la Sociedad
Española de Neurología (SEN) afecta a más de 30.000 personas en España y de la
que cada año se diagnostican unos 2.000 nuevos casos. “Se denomina neuralgia
a todo dolor que se produce en la zona por la que discurre un nervio y el
trigémino es el mayor de los nervios craneales, llamado así porque presenta
tres divisiones: la rama oftalmológica, la maxilar y la mandibular. Es, por lo
tanto, el principal nervio sensitivo de la cara”, explica el Dr. Pablo
Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de
Neurología.
Así pues, la
neuralgia del trigémino es un tipo de cefalea muy aguda e intensa, que afecta a
la zona por la que discurre el nervio trigémino. Se trata un tipo de
dolor de cabeza que, a pesar de no encontrarse entre los más habituales, en los
últimos años se está observando tanto un aumento de incidencia como de
prevalencia debido al progresivo envejecimiento de la población. Algo más
frecuente en mujeres que en hombres, su incidencia aumenta con la edad en ambos
sexos, especialmente a partir de la sexta década de la vida: la neuralgia del
trigémino constituye casi el 90% de las neuralgias que se producen en las
personas mayores de 60 años.
“La
neuralgia de trigémino es un dolor crónico, de carácter punzante o eléctrico,
que se inicia y finaliza de forma abrupta. Aunque los episodios de dolor se
presenten en forma de crisis de menos de dos minutos de duración, éstos pueden
repetirse varias veces al día y tienen una gran intensidad. Además tiene la
característica de que estas crisis de dolor se suelen precipitar al estimular
de alguna forma la zona por la que transcurre el nervio trigémino, por lo que
llevar a cabo actividades tan comunes como hablar, masticar, lavarse la cara,
afeitarse o sonarse pueden conllevar el inicio de las crisis. Aunque estos
episodios también pueden iniciarse de forma espontánea”, señala el
Dr. Pablo Irimia.
Lo habitual
es que dolor se localice en una o dos de las tres ramas trigeminales, ya que la
afectación de la rama oftálmica ocurre en menos del 5% de los casos.
También es poco habitual que la neuralgia afecte a ambos lados de la cara,
aunque en algunos pacientes puede darse el caso. Aproximadamente el 90% de los
casos, llamados idiopáticos, se producen por la compresión o distorsión de la
raíz trigeminal por una arteria o una vena. El 10% de los casos restantes se
consideran sintomáticos, y en estos casos suele estar implicado algún tumor
cerebral (menos del 2% de los casos), fracturas o cirugías faciales, algún tipo
de infección (como el herpes zóster) o enfermedades degenerativas (como la
esclerosis múltiple). En los casos sintomáticos la edad de comienzo de los
síntomas suele ser más precoz y es habitual que el dolor se presente junto con
diversas anomalías sensitivas.
“Afortunadamente,
y debido a la existencia de numerosas opciones terapéuticas,
padecer neuralgia del trigémino no necesariamente significa tener que
sufrir de dolor. Existen varios fármacos orales que han mostrado su eficacia en
muchos de los pacientes. Y para aquellos casos en los que el tratamiento
farmacológico fracasa, existen opciones quirúrgicas, basadas en la interrupción
de los impulsos nerviosos en algún punto del recorrido del trigémino o bien
separar con cirugía la arteria o vena que contacta con el nervio trigémino. En
todo caso, para acceder a estos tratamientos es fundamental identificar y diagnosticar
correctamente a los pacientes, algo que no siempre ocurre porque -por la edad
de las personas afectadas- es común que familiares o cuidadores minimicen los
síntomas o los achaquen a otro tipo de dolencias previas”, destaca el
Dr. Pablo Irimia.
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