El linfedema es una enfermedad que afecta
principalmente a las mujeres y su sistema linfático. Al tratarse de una
patología incapacitante y de carácter crónico, requiere de cuidados sanitarios
y médicos muy constantes para evitar su progresivo empeoramiento. En su
tratamiento y control es clave, además, la participación del paciente a través
de la adopción de hábitos higiénico-dietéticos adecuados, así como
realizar actividad física y deportiva,
tal y como han señalado los especialistas tras dos años de confinamientos y
restricciones que han agravado la condición de los pacientes.
“En el tratamiento
del linfedema, el paciente adquiere un rol activo. Durante estos años de
pandemia y de crisis sanitaria, los profesionales nos hemos enfocado en el
tratamiento de la patología, pero ahora tenemos que volver a poner en valor que
el paciente sea un agente activo porque la adopción de hábitos de vida
saludable es clave para controlar mejor la patología”, advierte la Dra. Vicenta Pujol, responsable de la
Unidad de Linfedema del Hospital Universitario Vall d'Hebron con motivo de la
conmemoración del Día
Internacional del Linfedema.
Entre los pacientes
de riesgo destacan aquellos que son intervenidos quirúrgicamente de un cáncer,
ya que debido al eliminar una parte importante de los ganglios linfáticos, se
produce con una frecuencia variable linfedema en la extremidad afectada.
Concretamente, el 30% de las casi 11.000 mujeres españolas que se someten cada
año a una mastectomía sufren un linfedema, según datos del Colegio General de
Colegios de Fisioterapeutas de España (CPFCM).
En el día a día, el
impacto de la enfermedad en la calidad de vida es alto y provoca impotencia
funcional, deformidad corporal, alteraciones emocionales y un riesgo
considerable de infecciones graves como las linfangitis.
“Esta experiencia
fue para mi peor que el cáncer. Es una sensación que compartimos muchas mujeres
porque no está reconocido a pesar de lo que impacta en la calidad de vida del
paciente. En general creo que hay mucho desconocimiento en
torno a ella aunque el grado de afectación en el día a día es muy elevado”, señala Marina Wynia, paciente de linfedema.
El tratamiento
médico está basado en lo que se conoce como terapia física compleja, que
engloba: medidas de higiene y prevención, ejercicios de prevención, drenaje
manual linfático y medidas de compresión como los vendajes multicapa y las
medias y manguitos de compresión.
Además “involucrarse en el cuidado y
tratamiento de la enfermedad y desarrollar actividades físicas, son medidas
necesarias para volver a la medicina preventiva de la de la patología en la que
el paciente tiene un rol y tú le acompañas y le das las herramientas para su
control”, advierte la Dra.
Una enfermedad con
un impacto psicológico elevado
Los síntomas más
frecuentes del linfedema son la hinchazón y sensación de pesadez en la
extremidad afectada, lo que puede llegar a alterar la imagen corporal del
paciente y a pasar factura sobre su salud psicológica. “No es un accidente, es un efecto
secundario de un tratamiento y no lo reconocen así. En mi caso, llevo una manga
negra porque quiero que se vea, y que la gente me pregunte. Yo soy profesora de
universidad y creo que es importante explicar y concienciar sobre ello”,
recalca Marina.
Esta patología
representa una transformación profunda en la imagen de las personas afectadas,
su estilo de vida y la convivencia con la patología afecta desde un punto de
vista emocional y psicológico. Esto es debido a que “en los estadios avanzados de la condición, se dificultan
acciones cotidianas como vestirse o cualquier práctica deportiva que hay que
adaptar”, recalca la Dra.
“El paciente busca
en Google y con frecuencia encuentra imágenes de la enfermedad que no se
corresponden con lo que va a tener él. Esa carga emocional la tienes que
reconducir en consulta: es importante hablar con ella y hacerle entender que se
va a trabajar en esa condición crónica para reducirla y mejorarla. Como médicos
rehabilitadores, buscamos en todo momento ese margen de mejora y funcionalidad”, subraya la especialista.
Como parte de su
compromiso con la formación y la mejora de la calidad de vida de los pacientes
con linfedema, Essity, con su línea JOBST, ha impartido varios webinars
dirigidos a los profesionales sanitarios para controlar esta afección
inflamatoria a través de un abordaje multidisciplinar que sitúa al paciente y
sus necesidades en el centro de la toma de decisiones.
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