Una salud
adecuada de las encías es un prerrequisito para la colocación de implantes dentales. dado que en caso contrario, la utilidad y funcionalidad de estos
implantes puede verse amenazada por la aparición de infecciones que afectan a los tejidos periimplantarios, lo
que puede reducir la eficacia de
este recurso terapéutico y acortar sustancialmente su vida media
Así se pondrá de manifiesto en el Simposio Europeo SEPA de Enfermedades
Periimplantarias, que cuenta con la colaboración de DENTAID y que reúne mañana
sábado en la sede del Colegio de
Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña (en Barcelona) a cerca de 400 profesionales. La reunión cuenta,
además, con tres ponentes de prestigio
mundial, líderes en el manejo de las enfermedades que rodean a los
implantes dentales: el Prof. Juan
Blanco, el Dr. Jan Derks y el Dr. Giovanni Serino.
Estas enfermedades periimplantarias, con la mucositis periimplantaria y la periimplantitis al frente, se han convertido en un reto para
odontólogos y periodoncistas, dado que amenazan la salud bucodental de los
pacientes que cuentan con implantes dentales, y los tratamientos disponibles
para su tratamiento hoy en día no son suficientemente efectivos.
El reto de la periimplantitis
Como destaca el Prof. Juan Blanco, Profesor Titular de
Periodoncia de la Universidad de Santiago de Compostela
y expresidente de
SEPA
, “los
implantes dentales pueden perderse a lo largo del tiempo si no se realiza un
mantenimiento periódico, tanto de los componentes de la prótesis como de los
tejidos que rodean el implante (encía y hueso subyacente)”.
A lo largo del tiempo, será
necesario realizar la prevención de las enfermedades periimplantarias,
entre ellas la conocida como periimplantitis, producida por bacterias situadas
en la encía que se halla alrededor del implante y que acaba causando la pérdida
del hueso que sujeta el implante (del mismo modo que la periodontitis destruye
el hueso que sujeta a los dientes).
“La periimplantitis es un
problema muy serio, que tiende a aumentar su prevalencia en nuestro país”,
según destaca el Dr. Blanco. A pesar de la ausencia de datos en España, y de la escasez de
información epidemiológica a nivel mundial, se ha llegado a apuntar que el 20% en pacientes, en los 5-10 años posteriores a la colocación de
los implantes, presentará una periimplantitis.
Poniendo el acento en la prevención
El tratamiento rehabilitador, utilizando implantes dentales, se considera como un procedimiento de
tratamiento seguro y predecible en pacientes desdentados y parcialmente
dentados. Sin embargo, “este tratamiento no está exento de
complicaciones”, según apunta el Dr. Jan Derks, especialista en
Periodoncia por la Universidad de Gotemburgo (Suecia); a su juicio, “la complicación más importante es la
aparición de periimplantitis”.
Mediante la identificación de factores de riesgo
asociados a la mucositis periimplantaria y a la periimplantitis, así como con la implementación de estrategias clínicas apropiadas, ”esperamos prevenir las formas progresivas de
la enfermedad, permitiendo el éxito clínico a largo plazo”, afirma el Dr.
Derks.
La mala higiene bucodental, el
tabaco y tener una historia previa de periodontitis son los principales
factores de riesgo para sufrir una periimplantitis. Junto a ellos, según detalla el Dr. Giovanni Serino, Director
del Departamento de Periodoncia en el Servicio Público Dental del Hospital de
Boras (Suecia), “la falta de asistencia odontológica regular después de la colocación
del implante es un importante factor de riesgo de enfermedad periimplantaria”; igualmente, añade, ”cualquier
enfermedad sistémica que disminuya la defensa inmunitaria podría considerarse
como posible factor de riesgo”.
En los últimos años se está progresando
en la identificación de factores de riesgo de la patología perimplantaria,
lo que permite detectar antes y mejor a los pacientes con más probabilidad de
desarrollar la enfermedad. Por otra parte, están
apareciendo cada vez más productos e instrumentos de higiene oral que facilitan
el control de la placa por parte del paciente. Según los expertos, el abordaje
preventivo que más se va a desarrollar en el futuro es el control químico;
sin duda, el uso de un control químico del biofilm
(placa dental) en pacientes con implantes es fundamental. Se están investigando
moléculas y formatos de productos que permiten llegar a esas zonas donde no se
accede fácilmente con las técnicas habituales.
Detección
precoz y tratamiento
Las enfermedades periimplantarias
son procesos inflamatorios. El síntoma clínico principal es
el sangrado. En algunos casos, los implantes afectados pueden exhibir
supuración (pus). La pérdida de hueso es lo que distingue a la periimplantitis
de la mucositis peri-implantaria.
Actualmente, se cree que la
inflamación en los tejidos blandos está causada por una biopelícula bacteriana
que se adhiere al implante, el pilar o la reconstrucción protésica. Esta
inflamación puede o no conducir a la pérdida de hueso. Por lo tanto, no es
sorprendente que la ausencia de un control adecuado de la infección de las
encías, de manera previa a la colocación de implantes, se considere como un
factor de riesgo importante.
En palabras del Dr. Jan Derks, ”la clave para prevenir las complicaciones
biológicas en nuestros pacientes es el diagnóstico precoz”, afirma. Tal
y como añade este experto, ”debemos
diagnosticar la mucositis periimplantaria y, lo más importante, ofrecer un
tratamiento periodontal adecuado, previo a la colocación de implantes”.
La planificación del tratamiento
es esencial. Los pacientes necesitan ser tratados de cualquier
enfermedad periodontal existente antes de iniciarse cualquier terapia
reparadora con implantes. Las restauraciones deben hacerse cuando ya se siguen
adecuadas medidas de higiene oral.
Si ya se ha producido la
periimplantitis, el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano son igualmente
importantes, aunque ”los
resultados del tratamiento para las lesiones periimplantitis avanzadas son
menos predecibles”, reconoce el Dr. Jan Derks. En cualquier caso, después
de la aparición de periimplantitis, el tratamiento quirúrgico es
inevitable. Actualmente no existe un tratamiento que se considere tratamiento de referencia en
la resolución de la enfermedad, aunque se asume que es necesario el
abordaje quirúrgico de la periimplantitis con el fin de eliminar completamente
la infección y minimizar el riesgo de reinfección de la bolsa periimplantaria.
Estudios clínicos a largo plazo han documentado que los pacientes que después de la terapia
periodontal continúan en un programa de mantenimiento supervisado
profesionalmente exhiben una pérdida mínima de hueso en comparación con los
pacientes no incluidos en este programa. De hecho, apunta el Dr. Serino, ”la falta de seguimiento de estas terapias de
mantenimiento se asocia con un mayor riesgo de fracaso del implante, así como
la pérdida ósea en los implantes y con un aumento en la incidencia de la
enfermedad peri-implantaria”.
La existencia de un tratamiento de
apoyo después de la inserción del implante podría disminuir el riesgo de
periimplantitis. Como explica el Dr. Giovanni Serino, ”el tratamiento periodontal de mantenimiento consiste en el control
profesional de la placa bacteriana e instrumentación subgingival en sitios
seleccionados que presenten signos clínicos de inflamación durante las visitas
programadas de acuerdo a las necesidades individuales”.
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