La nueva generación de válvulas aórticas percutáneas permitirá dar solución a más pacientes, según se desprende como principal conclusión de los tres artículos que ha publicado recientemente la Revista Española de Cardiología, REC, y que han evaluado los resultados del reemplazo valvular aórtico transcatéter, TAVI, mediante los nuevos diseños de válvulas percutáneas: la Sapien 3, la LOTUS y la DirectFlow, evidenciando una mayor eficiencia y seguridad en la técnica.
De acuerdo con la citada revista, un mayor número de pacientes con estenosis aórtica grave podrían beneficiarse de la técnica percutánea del reemplazo valvular aórtico transcatéter (TAVI), gracias a una nueva generación de válvulas aórticas que demuestran ser más seguras y más eficientes que los modelos anteriores.
La TAVI es actualmente el tratamiento de elección para aquellos pacientes con estenosis aórtica grave y sintomática que, o bien son directamente inoperables o tienen un muy alto riesgo quirúrgico. Aunque hasta ahora esta técnica percutánea demostró tener muy buenos resultados y salvar la vida de muchos pacientes, es verdad que aún presenta alguna complicación como la insuficiencia aórtica perivalvular (6%), que ocurre cuando la válvula no logra cerrarse de forma hermética y hay fugas de sangre, o el accidente cerebrovascular (3%).
TAVI, ahora más eficiente y seguro
Para minimizar estos problemas, se mejoraron técnicamente estos dispositivos y ahora la técnica de la TAVI en un procedimiento mucho más eficiente y seguro. En este sentido, el Dr. Manuel Pan Álvarez-Osorio, jefe de la Sección de Cardiología del Hospital Reina Sofía de Córdoba y uno de los primeros firmantes del estudio, especifica que, “ahora disponemos de dispositivos que tienen un introductor (≤6mm.), que nos permite ampliar el abanico de pacientes y tratar a aquellos que tengan arterias femorales más pequeñas; también se ha mejorado la fijación de la estructura de la válvula a las paredes del anillo valvular, de modo que se evitarán un mayor número de regurgitaciones paravalvulares, que es una de las mayores complicaciones de la TAVI; además, estos dispositivos son ahora fácilmente reposicionables y recapturables, lo que nos permite una perfecta implantación de la válvula y un mayor éxito del procedimiento”.
Se desarrollaron también, añade Manuel Pan, distintos tamaños de prótesis, para que de esta forma puedan adaptarse mejor a los distintos tamaños de anillos valvulares, y se diseñaron accesorios específicos para esta técnica (introductores, guías y dispositivos de cierre femoral). “Aun así”, matiza, “un aspecto importante que todavía hay que comprobar es si la durabilidad de estas válvulas percutáneas podría ser equivalente a la durabilidad de las válvulas quirúrgicas”.
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