La
combinación de terapias dirigidas e inmunoterapia suponen el futuro para los
pacientes con cáncer de tiroides avanzado
Las nuevas combinaciones de terapias dirigidas e inmunoterapia suponen el futuro en el tratamiento de los pacientes con cáncer de tiroides avanzado. Este nuevo abordaje se basa en la evidencia de que la inmunoterapia logra su máxima efectividad cuando se la administra junto con fármacos que retrasan el crecimiento del tumor. Así lo explica la Dra. Pilar López Criado, jefa de la Sección de Tumores de Pulmón, Cabeza y cuello y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid en el contexto del Día Mundial del Cáncer de Tiroides que se celebra el próximo 24 de septiembre. “La
terapia dirigida consigue respuestas rápidas pero que se tienden a agotar en
un año o dos. La inmunoterapia por su parte consigue que el paciente mantenga
el beneficio. Esta combinación es la que se está trabajando en ensayos y que
no teníamos hace 5 años. No es estándar todavía, pero buscamos que se aplique
en los centros hospitalarios”, afirma la especialista. Se estima que en 2022
se detectarán 6.040 nuevos casos de cáncer de tiroides en nuestro país, con
una ratio 3:1 mujeres/hombres 1. La
combinación de terapias e inmunoterapia ha demostrado avances sobre todo en
el abordaje de tumores avanzados resistentes al yodo radioactivo, tratamiento
habitual en el cáncer de tiroides, o aquellos en los que haya metástasis. Sin
embargo, la escasez de ensayos clínicos sobre la enfermedad limita llegar a
nuevos descubrimientos. “Un ensayo suele aportar una vigilancia más adecuada,
unos estudios mucho más novedosos y precisos y mejores. Luego, lo que aporte
ese ensayo va a repercutir en las mejoras que vamos a ver en los próximos
años”, argumenta la especialista. Entre los últimos avances también destaca
que el diagnóstico molecular se ha afianzado como método de detección de este
tipo de cáncer, lo que facilita el tratamiento personalizado adaptado a las
necesidades de cada paciente. La
cirugía, la “piedra angular” del cáncer de tiroides Los
avances en el tratamiento de la enfermedad no han modificado el papel
predominante de la cirugía, cuyas técnicas también han progresado. “Es la
piedra angular del cáncer de tiroides. Hace unos años, se realizaba una
tiroidectomía total (extracción de la glándula tiroides) en todos los casos.
Ahora, se tienen otras opciones en tumores pequeños, como mantener un
hemitiroides para evitar la insuficiencia tiroidea y paratiroidea”, afirma la
Dra. López Criado. La tiroides también se elimina quirúrgicamente en los
casos metastásicos, ya que, al ser el órgano que absorbe el yodo, podría
evitar que este llegara a las zonas afectadas del resto del cuerpo para
neutralizar las células tumorales. La
experta destaca además el papel del endocrino en la sustitución de la
glándula tiroides tras la intervención quirúrgica. “Vivir sin tiroides es
bastante común, ya que esta tiene hormonas sustitutivas perfectas. Sólo hay
que ajustarlas. Se trata de un manejo hormonal que optimiza muy bien el
endocrino. De hecho, es muy raro encontrar un paciente que tenga problemas de
efectos secundarios por insuficiencia tiroidea secundaria a un cáncer”,
asegura. Así, la labor del endocrino es esencial para ajustar el nivel
hormonal del paciente y chequear que no se produzcan recaídas, tanto locales
como sistémicas. Síntomas de alerta del cáncer de tiroides A
pesar de no existir un síntoma específico de la enfermedad, la experta
recomienda consultar cualquier cambio en el cuello: sensaciones de presión,
molestias persistentes, bultos o dificultades para hablar o tragar. A pesar
de ello explica que los tumores en la glándula tiroidea pueden crecer hacia
dentro y que no se note hacia afuera. “La
patología benigna es la que suele dominar y lo normal es que sea un bocio.
Pero también puede ser signo de metástasis pulmonar o derrames pleurales. En
general, hay que consultar con el médico de cabecera cualquier síntoma que
persista durante más de 10-15 días”, finaliza la doctora.
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