La guerra de Ucrania, la consiguiente inflación y encarecimiento de la vida
que venimos experimentando en los últimos meses, rumores de una inminente
crisis económica… El panorama socio-económico actual y venidero genera una
creciente preocupación social, afectando por ende a la toma de decisiones
vitales, algunas tan importantes como formar una familia.
En este contexto, IVI ha publicado el ‘I Barómetro
social de la percepción de las españolas acerca de la maternidad’, una extensa encuesta realizada por GFK –empresa referente en análisis de
mercado- que muestra el comportamiento y actitudes de las mujeres entre 25 y 45
años respecto a la fertilidad, la maternidad y la reproducción asistida, dentro
del marco social, político y económico actual.
“No en vano,
una de las cifras que se desprenden de este estudio muestra cómo el 78% de las
mujeres entre 25 y 29 años con intención de ser madres han retrasado su
decisión debido al marco socio-económico actual en el que nos encontramos.
Cuando hablamos del total de mujeres entrevistadas, en un rango amplio de edad,
el porcentaje desciende hasta un 67%, lo cual no deja de ser llamativo. Lo que
es indudable es que el contexto actual que nos rodea influye, y mucho, en una
decisión clave como la maternidad”, comenta la
doctora María Cerrillo, ginecóloga de IVI Madrid.
La encuesta se ha realizado a cerca de 1.000 mujeres, de nivel socio-económico
medio, medio-alto y alto, por lo que su percepción varía con respecto al resto
de la sociedad, en quienes ellas consideran que determinados factores influyen
de manera más acusada.
“En este
sentido, cuando nos referimos al peso que tiene el contexto socio-económico
actual en la decisión de las mujeres en general de retrasar su decisión de ser
madres, incluyendo todos los status sociales, el porcentaje asciende al 84%. Esto
se justifica por el status social y económico de las encuestadas,
considerándose en mejor posición que el resto de la sociedad. No olvidemos que
nos referimos a un segmento de nivel socioeconómico medio-alto”, añade la Dra. Cerrillo.
Recientemente, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) ha publicado el
informe Perspectivas de la Población
Mundial que prevé una vorágine demográfica en las próximas décadas. Por lo
que a España se refiere, se estima que perderá el 35% de su población, pasando
de los 47,5 millones de personas en la actualidad a 30. ¿El motivo? La baja
natalidad.
A su vez, hace pocas semanas, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha
publicado los datos de natalidad y mortalidad del primer semestre de 2022, que
muestran menos de 160.000 niños nacidos en España, casi 1.000 menos que el año
anterior, siendo este el octavo año consecutivo con los datos de natalidad en
descenso en el primer semestre del año. Esta cifra supone 45.000 nacimientos
menos que en 2015, último año con los datos en ascenso, y se sitúa como el
primer semestre con menos bebés nacidos desde 1941.
Y es que, la tasa de fecundidad de España es de las más bajas del mundo,
algo alarmante cuanto menos. Apenas nacen 1,28 niños por mujer de media, lejos
de la tasa de reemplazo, que se cifra en 2,1 hijos por mujer, lo cual
permitiría la renovación poblacional.
Esto nos lleva al primero de los problemas que señala a ese 78% de jóvenes
que no se ven teniendo hijos a día de hoy por diversos factores. Esta situación
potencia una realidad incuestionable como el progresivo retraso en la edad para
ser madre, lo cual refuerza el escenario de alerta demográfica sin precedentes en
que vivimos, que muchos califican como amenaza de despoblación severa. Pero no
nos echemos las manos a la cabeza.
“La ciencia,
y más concretamente la medicina reproductiva, es consciente de estas
circunstancias y avanza cada día con nuevas alternativas para ayudar a las
mujeres y parejas a cumplir su deseo de formar una familia. Así, opciones como
la preservación de la fertilidad, otorgan a las mujeres la posibilidad de
vitrificar sus ovocitos para poder decidir libremente cuándo y cómo ser madres,
sin renunciar por ello a hacerlo con sus propios gametos. Y para casos más
complejos o de edad materna avanzada, las pacientes tienen a su disposición el
centro de excelencia en rejuvenecimiento ovárico del que IVI es pionero, o
tratamientos con óvulos donados para aquellas que no puedan hacer uso de sus
propios ovocitos. Todas estas alternativas perfilan un futuro esperanzador para
estas pacientes, a pesar de las dificultades del contexto actual”, explica la Dra. Cerrillo.
La preocupación
por la COVID-19 pasa a un segundo plano
Según muestra la encuesta, las mujeres presentan una menor preocupación por
el efecto de la COVID-19 sobre su decisión de ser madres, afectando ‘tan solo’ a
un 38% de las encuestadas con intención de serlo.
“La pandemia
vino con fuerza, agitó a nivel mundial todo a su paso, y poco a poco, con
esfuerzo y paciencia, hemos recuperado cierta normalidad, tan necesaria como
esperada, adaptando el día a día y los protocolos a la realidad que esta alerta
sanitaria ha impuesto. Se atisban tiempos difíciles, pero de la misma manera
buscaremos las mejores opciones para hacerles frente con las mayores garantías
para nuestros pacientes”, concluye la Dra.
Cerrillo.
Además de este bloque de datos, el ‘I Barómetro social de la percepción de
las españolas acerca de la maternidad’ aborda diferentes esferas en torno a la
maternidad, la fertilidad y la medicina reproductiva, cuyos resultados se irán
haciendo públicos en los próximos meses.
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