El XVII Congreso de la Asociación Nacional de Informadores de
la Salud (ANIS), que ha reunido del 21 al 23 de octubre en la Universidad de
Deusto, en Bilbao, a más de 150 periodistas y comunicadores especializados en
salud del país, ha celebrado una mesa redonda sobre Actualidad en
comunicación y periodismo sanitario.
Moderada por José Antonio Plaza, responsable de la unidad de
comunicación del Instituto de Salud Carlos III, ha tenido como ponentes a
Sergio Alonso, director adjunto de La Razón y director de A tu salud;
Belén Gómez del Pino, responsable de los temas de salud, ciencia e igualdad de
Onda Cero; Celeste López, redactora jefa de La Vanguardia en la
delegación de Madrid; Fermín Apezteguia, periodista especializado en salud de El
Correo (Vocento); Marlén Novás, jefa de Comunicación del Hospital
Universitario Son Llàtzer, de Palma de Mallorca; y Miren Gutiérrez, profesora e
investigadora de la Universidad de Deusto.
Según
manifestó Celeste López, «los periodistas especializados en temas sanitarios
tenemos que tener claro que la información, especialmente en momentos de
crisis, debe ser lo más objetiva, clara y veraz posible. Huir del
sensacionalismo por muchos clics que den y recurrir a fuentes consistentes y
con aval suficiente».
«Tenemos
la enorme responsabilidad de informar de temas de vital importancia para los
ciudadanos y eso requiere de grandes dosis de templanza». Para la periodista de
La Vanguardia, esos son los instrumentos que están a disposición de los
comunicadores sanitarios «para acabar con el agotamiento ciudadano y con los
bulos. Pero eso no es suficiente», admitió. Según dijo, «los medios de
comunicación deben erradicar la costumbre instalada desde hace años de dar voz
a quienes no son expertos en la materia en cuestión o a periodistas que apenas
saben nada de salud y ciencia más allá de lo que hayan leído o escuchado. Las
tertulias están haciendo un flaco favor a la salud pública».
En el
mismo sentido se pronunció Belén Gómez del Pino, destacando que «la
especialización se ha mostrado como imprescindible a la hora de abordar temas
sanitarios: es el único antídoto frente a la desinformación y al ruido que
aumentan proporcionalmente cuando hay una crisis tan grande como la que hemos
vivido con la COVID-19. Pero incluso ante situaciones más manejables».
Sergio
Alonso destacó también la importancia de la especialización. El camino que se
siguió durante la pandemia, para él, «no puede ir para atrás. No podemos
retroceder ni perder terreno». El periodista sanitario debe ser «un referente
dentro del periodismo general y tener una relevancia social, como ha tenido
durante la pandemia y en época de pospandemia, frente a otras especialidades».
El camino para lograr esto, según el periodista, consiste en «seguir
especializándonos y trabajar, trabajar y trabajar; y conseguir levantar
noticias y ser portada, aunque no haya pandemia».
Dignificar
la profesión frente a las redes sociales y el chismorreo
«Necesitamos
dignificar la profesión», reivindicó Fermín Apezteguia. «En un tiempo dominado
por las redes sociales y el chisme, la pandemia ha permitido colocar el papel
del periodismo en el lugar que le corresponde. Los ciudadanos han buscado la
información relativa a la crisis en los medios de comunicación, por encima
incluso de las instituciones sanitarias, que —por cierto— han cometido grandes
errores de divulgación», apuntó.
De la
misma manera, Marlén Novás valoró positivamente el trabajo informativo
realizado durante la pandemia «por parte de los periodistas de los medios y por
los gabinetes de comunicación de los hospitales». En cuanto a las redes
sociales, reconoció que «muchas veces tienen bulos y mucha desinformación pero
también nos han servido para dar datos precisos a la población y concienciarla
en temas de gran trascendencia, como son los sanitarios».
Belén
Gómez del Pino puso de manifiesto que los periodistas sanitarios «tenemos una
responsabilidad social: informar de forma correcta, sin buscar el titular fácil
y preguntando a expertos para tener todos los ángulos. Y también una
responsabilidad ética que nos diferencia del mal llamado periodismo ciudadano
tan habitual en redes sociales». También sacó a colación la existencia, «al
menos en los medios generalistas, de una especie de fatiga pandémica respecto a
la información de salud que nos ha hecho retroceder en el terreno conquistado».
«Ahora
es el momento de hacernos valer», señaló Fermín Apezteguia. «De decir con
orgullo que somos periodistas y que, podemos equivocarnos, pero que nadie tiene
que marcarnos el paso. No queremos ser médicos, ni enfermeras, ni científicos
ni gestores de lo público, pero sí vamos a ser periodistas. Por favor, déjennos
ejercer».
En la
misma línea se pronunció Miren Gutiérrez, valorando que el periodismo en
salud desempeña un papel fundamental en la medicación entre la ciencia y la
ciudadanía. Para ella, «en el periodismo
llevamos mucho tiempo lidiando con los retos de cubrir procesos complejos, como
la covid-19 o la crisis climática. Creo que siempre se debe trabajar en
paralelo las noticias de actualidad junto con los temas de calado. Hay que
buscar un equilibrio para contextualizar las primeras y hacer de las segundas
una lectura interesante y relevante para cada público».
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