En el marco de la LXVI
Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que se está
celebrando en Valencia, Biogen Idec ha reunido a los principales expertos en
esclerosis múltiple (EM) en un seminario titulado ‘Comprometidos con la
esclerosis múltiple’, y en el que se han abordado los últimos avances en el
tratamiento de esta patología.
El encuentro ha
dedicado un espacio a la mejora del abordaje terapéutico con los interferones a
raíz de la introducción de la pegilación, así como al futuro del tratamiento
oral en la EM. Además, se han expuesto las novedades en terapias actualmente
disponibles como Fampyra® (fampridina de liberación prolongada) o
Tysabri® (natalizumab).
En este sentido, el
nuevo objetivo terapéutico en la EM pasa por conseguir que el paciente permanezca
libre de actividad clínica (número de brotes y progresión de la discapacidad) y
radiológica (lesiones activas captadas por gadolinio en T1 y lesiones nuevas en
T2), denominado por la comunidad científica internacional como NEDA (No
Evidence on Disease Activity, por sus siglas en inglés).
Avances en el manejo de Tysabri® (natalizumab)
Por su parte, el Dr.
Óscar Fernández, director de la UGC Neurociencias y jefe de Servicio de
Neurología de los Hospitales Universitarios Regional de Málaga y Virgen de la
Victoria, subraya la evolución en el manejo de Tysabri®
(natalizumab). “Gracias a los avances en la
estratificación del riesgo con este fármaco, en estos momentos, clínicos
y pacientes podemos utilizarlo de manera segura”, comenta.
Avances en la pegilación
Otro de los temas tratados
durante la sesión ha sido el avance en el tratamiento de los interferones en la
EM. El Dr. Jordi Rio, neurólogo del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña
(Cemcat) del Hospital Vall d'Hebron, señala que “los tratamientos modificadores
de la enfermedad inyectables nos aportan ventajas que se derivan del perfil de
seguridad, ya que contamos con una experiencia en su utilización de más
de 20 años. Sin embargo, debemos mejorar algunas de sus desventajas como es la
administración frecuente y la vía de administración".
"En este
sentido, -añade- recientemente hemos sido testigos de una innovación en
relación con estos tratamientos que llega de la mano de la pegilación, con la
que se permite que la molécula, en este caso el interferón β-1a pegilado,
aumente de tamaño y logre que el fármaco ejerza su efecto terapéutico durante
un mayor número de días”.
El ensayo clínico en
fase III ADVANCE ha permitido comprobar, en sus datos a un
año, que el interferón β-1a pegilado,
administrado cada dos semanas, disminuye significativamente la tasa anual de brotes en un 36% y contribuye a reducir la
progresión de la discapacidad en un 54% frente a placebo.
“Por tanto, la
administración de una inyección cada dos semanas nos ofrece una buena opción
terapéutica para aquellos pacientes que nunca han recibido un tratamiento
inmunomodulador o para aquellos que presentan efectos secundarios derivados de
la administración subcutánea frecuente”, concluye el doctor.
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