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25 February 2019

Mantener niveles óptimos de vitamina D, clave para reducir el riesgo de fractura osteoporótica en la mujer


“El control de unos adecuados niveles plasmáticos de vitamina D se ha relacionado, en muchos estudios clínicos, con reducción significativa del riesgo de fractura osteoporótica en la mujer”. Esta es una de las principales conclusiones que la doctora Carmen Pingarrón Santofimia, jefe de Servicio de Ginecología y Oncoginecología del Hospital Quironsalud San José, ha expuesto a lo largo de su ponencia ‘Hormona D: importancia en la salud de la mujer’, en el marco de la XIX Edición de SAMEM, el Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer, celebrado en Madrid.

En algunos estudios, el riesgo de sufrir una fractura relacionada con osteoporosis para una mujer de 50 años en el tiempo que le resta de vida, se estima próximo al 50%. Tomar medidas que mejoren el estilo de vida, así como tratamientos precisos de forma individualizada, pueden disminuir aún más este riesgo. En este sentido, es importante mantener en la mujer niveles adecuados de 25-OH-D (entre 30 y 65 ng/ml), niveles que están directamente relacionados con la disminución del riesgo de fracturas. Estas influyen, en gran medida, en la calidad de vida y suponen un riesgo real de fallecimiento, ya que, en España, la mortalidad entre las mujeres que se fracturan la cadera oscila entre el 14% y el 36%.

Además, durante la menopausia, el déficit de vitamina D se asocia también con déficit de función muscular, lo que puede aumentar la tasa de caídas y fracturas. En mujeres postmenopáusicas la prevalencia de deficiencia de vitamina D es superior al 60%, alcanzando hasta el 84% si consideramos los niveles de insuficiencia.

A la hora de hablar de los tratamientos disponibles para paliar la insuficiencia de vitamina D en el organismo, surgen distintas opiniones en relación a la cantidad diaria que se debe administrar y en qué forma activa. “En general me parece muy eficaz el uso del calcifediol y su presentación en cápsulas blandas. De esta manera se aumenta la adherencia al tratamiento por su comodidad. Además, son fáciles de llevar y la posología está bastante bien establecida en función del grado de déficit”, subraya la jefe de Servicio de Ginecología y Oncoginecología del Hospital Quironsalud San José.

Organizada por el Centro Médico Instituto Palacios, SAMEM es una reunión científica multidisciplinar que se ha convertido en los últimos años en el foro científico de referencia sobre la salud de la mujer en España y que tiene el propósito de dar a conocer todas las novedades y actualizaciones que se produzcan en materia de diagnóstico, tratamiento y conceptos, al tiempo que pretende aunar los criterios de las diferentes sociedades científicas y analizar los protocolos en el campo de la salud femenina.

La importancia de la vitamina D en todas las etapas de la vida de la mujer
En palabras de la doctora Pingarrón, “existen numerosos estudios que demuestran la importancia de mantener niveles óptimos de vitamina D en todas las etapas de la vida de la mujer, desde la infancia y la adolescencia, pasando por la edad fértil, el embarazo y la menopausia”.

Según la especialista, en cada una de estas etapas, el déficit de vitamina D afecta de manera distinta. Durante la infancia, el déficit puede provocar raquitismo y osteomalacia; mientras que en la adolescencia se necesitan niveles adecuados para tener un correcto reparto de la grasa corporal y mantener niveles correctos de ferritina. Durante la edad fértil de la mujer, su déficit puede conllevar alteraciones metabólicas, como puede ser el síndrome de ovario poliquístico (SOP). En mujeres que se encuentran en procesos de fertilidad, sus niveles de vitamina D se relacionan con la calidad de los ovocitos y con la receptividad endometrial para la implantación. En el embarazo, el déficit en la madre se asocia con patologías como la diabetes gestacional, la preeclamsia o la anemia. En bebés neonatos se vincula a pesos más bajos al nacer y tallas más cortas, aunque se necesitan más estudios clínicos que avalen con mayor evidencia todas estas funciones en la mujer.

La vitamina D, no tanto una vitamina sino más bien una hormona
Está generalizado el uso del término “vitamina D”, cuando en realidad nos estamos refiriendo a una hormona. En este sentido, la Dra. Pingarrón, señala que “la vitamina D se considera, a día de hoy, una hormona, puesto que se han visto receptores no solo en el hueso, sino también en numerosos órganos como el páncreas, los riñones, el sistema cardiovascular y el sistema inmune, interviniendo en la transcripción de más de 200 genes”.

La vitamina D no es un componente esencial de la dieta, y es perfectamente posible, en la mayoría de los lugares, obtenerla a través de la exposición al sol, ya que se sintetiza en la piel por la influencia de los rayos ultravioleta solares. Pero, para ser funcional, precisa de una hidroxilación en el hígado, donde se convierte en 25-OH-D. Posteriormente, se produce otra hidroxilación en el riñón, convirtiéndose en 1,25-dihidroxi-vitamina D3 (1,25(OH)2D) o calcitriol, la verdadera hormona D, con acciones fisiológicas en los individuos de todas las edades.

El profesional sanitario, figura central para atajar la hipovitaminosis D
Aunque España es uno de los países con más horas de sol de toda Europa, los niveles plasmáticos  de vitamina D  de su población, son similares a los de Europa Central o Escandinavia. Concretamente, en nuestro país más de la mitad de la población general tiene déficit de vitamina D. Además, un 84% de la población joven y sana –en torno a los 26 años – tiene insuficiencia de vitamina D, cifra que alcanza al 87% en el caso de las personas mayores de 64 años. Es por ello que la figura del especialista es fundamental para tomar medidas que faciliten la reposición de los niveles plasmáticos de vitamina D.

En la actualidad, la determinación de vitamina D no está incluida de forma regular en los análisis de rutina entre los médicos de Atención Primaria, por lo que esta prueba generalmente solo se recomienda en determinadas situaciones de riesgo o patologías, como en insuficiencias renal o hepática, durante la administración de corticoides o en algunos tratamientos para el cáncer de mama.

“Los niveles plasmáticos de 25-OH-D están disminuidos, no solo en grupos de riesgo, sino en la gran mayoría de la población general, por lo que sería importante hacer determinaciones en sectores más amplios de la población. En este sentido, cada profesional tiene que adaptarse a las posibilidades del medio donde trabaja”, comenta la Dra. Pingarrón.

HIDROFEROL 0,266 mg, único tratamiento del déficit de vitamina D en cápsulas blandas
Hidroferol (Calcifediol, 25-hidroxicolecalciferol, 25-OH-D), de FAES FARMA, en su reciente y cómoda presentación en cápsulas blandas, es un eficaz tratamiento de prescripción que corrige la deficiencia de vitamina D. Cada cápsula de Hidroferol contiene 0,266 mg de calcifediol, equivalentes a 16.000 UI. Esta moderna presentación permite al especialista ajustar con precisión la posología (semanal, quincenal, mensual, etc.) dependiendo del nivel de deficiencia del paciente, de sus características físicas, de su edad y de su estado de salud general. 

En estudios clínicos diversos en los que valora la eficacia para normalizar los niveles plasmáticos de 25-OH-D en pacientes con déficit de vitamina D, calcifediol ha demostrado ser entre 3 y 6 veces más eficaz y potente que otros medicamentos que contienen colecalciferol.

Hidroferol es un medicamento de prescripción médica cubierto por el Sistema Nacional de Salud, que, además de la presentación en cápsulas blandas, tiene ampollas y solución oral.


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