En España, el 23,8% de la población infantil y juvenil tiene sobrepeso
y el 10,3% padece obesidad. Además, menos de la mitad de los niños y
adolescentes en España realiza la actividad física diaria recomendada por la
OMS: al menos 60 minutos de actividad moderada y/o vigorosa
A pesar de las desfavorables cifras, la calidad nutricional de la
comida servida en los comedores escolares, aunque ha mejorado, sigue acusando
de escasa presencia de verduras, exceso de alimentos cárnicos y precocinados
que requieren su preparación en fritura
Asimismo, con la LOMCE, la asignatura de Educación Física ha dejado de
ser parte del bloque de las generales, por lo que cada comunidad autónoma e
incluso cada institución establece su carga horaria, dando lugar a grandes
desigualdades entre regiones
Preocupados por la situación actual y las inevitables consecuencias
que esto acarreará en la progresión de la enfermedad cardiovascular en el
futuro, la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Fundación Española del
Corazón (FEC) han presentado hoy el informe “Riesgo cardiovascular desde la
infancia”, un documento de consenso elaborado por especialistas en cardiología,
alimentación y deporte
En el informe, se analizan los factores de riesgo cardiovascular que
se inician en la niñez y se proponen seis medidas clave a tomar con inmediatez
para cuidar de la salud cardiovascular de los adultos del mañana
La Sociedad Española de
Cardiología (SEC) y
la Fundación Española del
Corazón (FEC) han
presentado hoy el informe “Riesgo cardiovascular desde la infancia”, un
documento de consenso en el que un grupo de expertos especialistas en
cardiología, alimentación y deporte analizan el entorno
escolar y los hábitos alimentarios y deportivos de la población infantil. El
texto recoge diferentes propuestas de actuación, con el fin de mejorar
la salud cardiovascular futura de la población, a través de medidas dirigidas a
los menores españoles.
“No se trata de una guía con consejos para llevar una infancia más
cardiosaludable, sino que en este documento se realiza una valoración de la
situación actual, qué hábitos pueden repercutir negativamente en el desarrollo
del niño y qué iniciativas deberían ponerse en marcha si queremos evitar que,
en un futuro, los más pequeños tengan un mayor riesgo de padecer enfermedades o
sufrir un evento cardiovascular”, ha enfatizado el Dr. Carlos Macaya, presidente
de la FEC.
Según estimaciones obtenidas en el Estudio Nutricional de la Población
Española 2018 (Estudio ENPE), a partir de los criterios del IOTF-2000
(International Obesity Task Force), un 23,8% de la población infantil y
juvenil tiene sobrepeso y un 10,3% obesidad en España. El incremento de
estas enfermedades viene explicado por el consumo de alimentos procesados, con
alto contenido en azúcar y grasas saturadas, en las dietas de los niños o el
sedentarismo. “Partiendo de este contexto, y tras un análisis de la
situación actual, los expertos han coincidido en la necesidad de impulsar una
serie de medidas que ayuden a la protección cardiovascular de los menores
españoles”, ha explicado el Dr. Manuel Anguita, presidente de la
SEC.
Aunque las enfermedades cardiovasculares suelen desarrollarse en la
edad adulta, los factores de riesgo cardiovascular empiezan a estar presentes
en la infancia. “La obesidad, la inactividad física, el colesterol elevado,
la hipertensión arterial y el tabaquismo son factores de riesgo cardiovascular
evitables, es decir, que se podrían prevenir siguiendo hábitos de vida
saludables, a través de una correcta alimentación y la práctica de ejercicio de
manera regular”, ha explicado el Dr. Ignacio Ferreira, coordinador
del informe, miembro del Comité Ejecutivo de la SEC y editor jefe de la Revista
Española de Cardiología.
Para desarrollar este documento, los expertos han analizado la
actividad física y alimentación de los menores en el entorno escolar. Entre las
principales conclusiones obtenidas destaca, por un lado, que el sedentarismo
se encuentra en niveles superiores a los deseables, pues menos de la mitad
de los niños y adolescentes en España realizan, al menos, 60 minutos de
actividad con una intensidad moderada y/o vigorosa a lo largo del día, según el
“Informe 2016: Actividad física en niños y adolescentes en España”.
Por otro lado, aunque la información disponible pone de manifiesto que
la oferta alimentaria en los comedores escolares ha evolucionado de forma
positiva, quedan aún muchos aspectos por mejorar desde el punto de vista
nutricional. “El modelo actual repercute en la calidad nutricional
de la comida servida en los comedores escolares, con una escasa presencia
de verduras por debajo de lo deseable, exceso de alimentos del grupo de carnes
y derivados y de alimentos precocinados que requieren su preparación en
fritura”, ha manifestado el Dr. Ferreira durante su intervención.
Seis medidas y un sello de calidad
Los expertos presentes en el informe “Riesgo cardiovascular desde
la infancia” proponen seis medidas, relacionadas con el ejercicio físico y
la alimentación, y un sello de calidad como reconocimiento a los centros
escolares que fomenten la actividad física, la educación nutricional y apuesten
por la calidad de sus menús escolares.
“Los expertos recomendamos incluir una hora diaria más de actividad
física a la semana en Educación Infantil y Primaria, ya que no solo
contribuye al desarrollo físico y mental del niño, sino que también fomenta la
sociabilización de los pequeños”,
ha explicado el Dr. Emilio Luengo, especialista en Cardiología, miembro
del Consejo de Expertos del área de Actividad Física de la FEC y miembro de la
Sociedad Española de Medicina del Deporte. Otra manera de aumentar las horas de
actividad física de los niños es mediante la apertura de los centros
educativos durante los fines de semana y festivos para actividades
deportivas de los alumnos.
Asimismo, se apuesta por centros escolares “multideporte”, es
decir, institutos y colegios que oferten la práctica de deportes diferentes
entre sus alumnos. “Un entorno ‘monocultivo’ entraña un riesgo
importante, ya que los poco dotados para una actividad en concreto pueden
sentirse frustrados y aislarse de la práctica deportiva y de sus compañeros”,
ha indicado el Dr. Luengo. Además, es importante conseguir que el recreo
de los más pequeños sea “activo”, en el que se promuevan las actividades
físicas para que los alumnos puedan desconectar y afianzar los conocimientos
adquiridos durante las clases.
El Dr. Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la
Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), presidente de la Real
Academia de Medicina del País Vasco, vicepresidente de la Academia Española de
Nutrición (AEN) y miembro del Consejo de Expertos del área de Nutrición de la
FEC, ha explicado, durante la presentación del informe, las medidas relativas a
la alimentación. Una de las propuestas se centra en mejorar la gestión y la
calidad de la oferta alimentaria y disminuir el despilfarro de alimentos,
siguiendo los criterios de sostenibilidad medioambiental en la organización de
los menús escolares.
Por otro lado, se aconsejan evitar
las máquinas dispensadoras de alimentos en los colegios e institutos, ya que
estas suelen contener alimentos procesados, con alto contenido en azúcar y
grasas saturadas. “Para asegurar la calidad de los alimentos consumidos
durante el horario escolar, es necesario sustituir las máquinas de “vending”
por otras con alimentos saludables: agua, fruta o lácteos”, ha
manifestado el Dr. Aranceta.
Por último, la FEC propone la
creación de un sello de calidad que, tras la determinación de una serie
de criterios, podrá ser concedido a los centros escolares que cumplan ciertas
características relacionadas con la promoción de la actividad física, la
educación nutricional y la calidad de la alimentación servida en el centro.
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