Los
expertos estiman que la alergia a alimentos afecta hasta a un 3% de la
población general y a un 8% de menores de 3 años, siendo “los centros
escolares el lugar más frecuente donde se producen las reacciones alérgicas por
alimentos en niños. Además, cada vez existen más niños y niñas
alérgicos a los alimentos en los centros educativos pero, sin embargo y pese a
ello, existe poca formación sobre el correcto abordaje de una urgencia
alergológica por parte del personal de dichos centros, como el profesorado,
cuidadores de comedor, padres… que, en situaciones críticas, no conocen cómo
proceder o actúan en función a los falsos mitos que, en lugar de ayudar,
pueden poner en riesgo la vida de estos menores”, explicó la doctora Leticia Herrero, jefa del servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga, en el taller virtual “Alergia a alimentos, la
asignatura pendiente en centros escolares”, celebrado la tarde del martes 9 de
noviembre.
El motivo de la organización de este
webinar, todavía abierto al público a través del enlace https://youtu.be/hvX_tLE4Ncg, es
formar en conocimientos básicos y habilidades clave para el manejo de
reacciones alérgicas a personas en contacto con niños, algo imprescindible para
ofrecer a los pequeños un entorno seguro. Así, la alergóloga ha compartido y
desmentido los falsos mitos que rodean la patología alérgica, como la idea
equivocada de que hay una edad mínima para su estudio, ya que realmente se
puede y debe diagnosticar y tratar a cualquier edad desde el momento en el que
exista sospecha de alergia, y más teniendo en cuenta el alto porcentaje de
alergias alimentarias ya en menores de tres años.
Desterrar falsos mitos
Otra de las creencias erróneas es la de evitar un alimento a los
pequeños por el simple hecho de pensar que puede sentarle mal. “Hay que
realizar un estudio ante cualquier sospecha, ya que, aunque un alimento pueda
sentar mal, no quiere decir que sea por una alergia. Evitar un alimento y
restringirlo de forma estricta sin una recomendación por parte del
especialista, pueda provocar una alergia en el futuro por la falta de
tolerancia a ese alimento”, advierte la doctora.
Muchos son los padres que, al ser alérgicos a un alimento, lo evitan en
sus hijos para que no desarrollen la misma afección; sin embargo, esto puede
reforzarla. “Según los estudios más recientes se recomienda la introducción
temprana de alimentos más alergénicos para inducir la tolerancia oral”
especifica la alergóloga.
Asimismo, la alergóloga aclaró que tampoco existe una realidad absoluta
en la que los pacientes afectados deban evitar de forma completa los alimentos
que le producen alergia, ya que cada paciente tolera unas cantidades
diferentes del alérgeno y tiene diferentes síntomas, por lo que cada
alérgico debe tener una valoración individualizada con un tratamiento
adecuado para su grado de alergia. La doctora Leticia Herrero recordó que en su Unidad de Alimentos cuentan con “el servicio
de Inducción de Tolerancia a Alimentos;
tratamiento mediante el que se introducen pequeñas cantidades progresivas
del alimento que provoca alergia en la dieta sin que el paciente reaccione a
ello, mejorando su calidad de vida y evitando ingestas accidentales fatales”,
aclara la especialista.
En este sentido, la doctora explica la diferencia entre intolerancia
y alergia ante la idea mitificada de que pueden tratarse de lo mismo. “La
intolerancia es una falta de digestión de ciertos alimentos, que puede provocar
malestar en el paciente y afectación de su calidad de vida; mientras que la
alergia es un trastorno de la inmunidad con anticuerpos frente a los alimentos,
que pueden generar un peligro para la vida del paciente, por lo que hay que
diferenciarlas y tratarlas de forma diferente, dándole la verdadera importancia
que requieren en cada caso para evitar riesgos”, manifiesta.
En cuanto a la detección de la alergia, muchos pacientes piensan que
padecen una alergia tras un test positivo de alergias en la piel; sin
embargo, aunque la piel reaccione, para ser considerada alergia, debe ir
acompañada de síntomas tras su ingesta y ser valorado por el especialista para
confirmar el diagnóstico. Lo mismo ocurre con la reacción dérmica, que
no tiene que ser obligatoriamente un síntoma de la alergia, pero la dermatitis
atópica sí afecta al reaccionar el alimento en la piel dañada.
¿Cuáles son los riesgos de la alergia por
alimento?
Tras un análisis de las creencias populares sobre las alergias, la
doctora Verónica de la Osa, se
encargó de comentar las consecuencias y el peligro de esta patología si no se
conocen sus riesgos y la importancia de su tratamiento, tanto en el colegio
como en otros eventos y actividades. “Uno de los mayores riesgos de la alergia
es la anafilaxia, una reacción alérgica muy grave que afecta de forma
rápida y, si no se actúa con rapidez, puede ser mortal. Por ello, es
considerada una urgencia médica que debe ser tratada de forma inmediata
mediante el uso de los autoinyectores de adrenalina intramuscular”,
explica la doctora.
La anafilaxia una reacción multisistémica, por lo que los
pacientes mostrarán afectación de al menos dos órganos o sistemas, estando la
piel en el 80% de los casos afectada, siendo el más frecuente, o
presentándose clínica respiratoria (rinoconjuntivitis, tos, sibilancias,
disfonía...), digestiva (dolor abdominal, vómitos, diarrea) o cardiovascular
(mareo, sudoración profusa, hipotensión). No obstante, “el hecho de
que la piel no se vea afectada, no descarta que se esté produciendo una
anafilaxia, siempre y cuando se manifiesten síntomas asociados de los otros
sistemas”, concretaba la doctora De la Osa.
Las reacciones alérgicas por alimentos tienen lugar, en la mayor parte
de los casos, tras la ingestión del alimento al cual se encuentra sensibilizado
el sujeto; sin embargo, en ocasiones, no es necesario la ingesta de dicho
alimento en sí, sino que es suficiente con que se encuentre contenido en
otros alimentos, se haya manipulado con algún utensilio con el que luego haya
contactado el paciente alérgico o, en el caso de alimentos como el pescado o el
marisco, el entrar en contacto con el vapor desprendido durante su cocinado.
“Por ello, la necesidad de enseñar a todo el entorno del pequeño la importancia
de restringir el contacto de ese alimento y el riesgo que supone no saber
reaccionar eficazmente en tal caso”, recalca la doctora Verónica de la Osa.
El tratamiento de las reacciones alérgicas por alimentos, tanto en niños
como en adultos, se basa en la dieta estricta de evitación de alimento o
alimentos que lo contengan, pero, en caso de que exista un contacto accidental,
deberá tratarse farmacológicamente en función de la severidad de esta. Las
especialistas concluyen que el tratamiento farmacológico se podría dividir en
tres escalones en función de la severidad reactiva: reacción leve
(antihistamínicos), reacción moderada (antihistamínicos y corticoides orales) y
anafilaxia (adrenalina intramuscular).
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