Entre el 3 y el 6% de los niños sordos de un oído
están sin diagnosticar, lo que podría dificultar su desarrollo y aprendizaje,
según advierte la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza
y Cuello (SEORL-CCC). Con motivo del Día del Cuidado del Oído y la Audición,
que se celebra el 3 de marzo, la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC ha
elaborado un Decálogo de signos de
sospecha de la hipoacusia unilateral para concienciar sobre la importancia
de tener los dos oídos sanos y de iniciar un tratamiento precoz.
En la actualidad, “existen muchos casos
de hipoacusia unilateral (HU) infantil denominadas tardías o diferidas que
aparecen después del nacimiento y que son difíciles de detectar porque no se es
del todo consciente de la importancia que tiene oír bien por los dos oídos y, a
veces, este problema pasa desapercibido”, indica la doctora Mª José Lavilla,
presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC. Según datos de esta
comisión, la prevalencia de HU en el recién nacido es de 0,1% y aumenta con la
edad al 0.27% debido a los casos de aparición diferida antes de los 5 años, y
asciende al 0.35% en la adolescencia. “Oír por los dos oídos forma parte de la
normalidad y aporta al ser humano, en este caso al niño, la posibilidad de beneficiarse
de una serie de ventajas en la escucha que son esenciales para su desempeño en
el mundo real y, que de no adquirir o
recuperar a tiempo, podría perder para siempre. La HU compromete aspectos como
la localización de la fuente sonora, escucha en ambiente de ruido y escucha con
niveles bajos de audición”, señala.
La hipoacusia unilateral puede
comprometer el desarrollo y aprendizaje durante la infancia. Así, un estudio
realizado por otorrinolaringólogos de Boston y publicado en Ear and hearing
concluye que los niños en edad escolar con HU muestran reducciones sustanciales
en la percepción del habla y de la calidad de vida vinculadas a la audición, la
lateralidad de la pérdida auditiva y el grado de pérdida auditiva. “Los
síntomas serán más evidentes si el niño oía bien y, de repente por alguna
causa, pierde la audición de un oído, ya que si ya ha nacido sin oír bien por
un oído, no conoce otra forma de oír ni la echará de menos”, subraya la doctora
Lavilla. Por ello, “suelen ser niños con bajo rendimiento académico, entre el
12 y el 41% de los casos suele precisar apoyo educativo y del 12 al 35%
retrasan un curso”, añade. Además, “no es infrecuente que suceda que la causa
que ha provocado que oigan mal por un oído condicione que puedan perder la
audición del otro oído. De ahí la importancia del tratamiento temprano de la
hipoacusia unilateral”, advierte. En la última guía de recomendaciones sobre el
Diagnóstico y tratamiento precoz de la
hipoacusia unilateral o asimétrica en la infancia de la Comisión para la
Detección de la Hipoacusia (CODEPEH)
se advierte de que si no son tratadas provocan secuelas en el desarrollo del
habla y del lenguaje así como en el desarrollo global, afectando a la calidad
de vida del niño y su familia.
Posibles
factores de riesgo
La hipoacusia unilateral se puede
definir como aquellos casos en los que un oído oye bien y el otro no. “Sin
embargo, se distingue entre hipoacusia asimétrica unilateral, cuando un oído
oye bien y el otro tiene una pérdida entre 25-70 decibelios; y la hipoacusia
neurosensorial severo-profunda unilateral, o asimetría extrema, que es cuando
un oído oye muy bien o mejor de 25 decibelios y el otro tiene una sordera
severo profunda peor de 70 decibelios”, apunta la doctora Lavilla. Entre los
posibles factores de riesgo que pueden estar detrás de esta pérdida de
capacidad auditiva se encuentran las malformaciones del nervio coclear; las
malformaciones del oído interno; la infección congénita por citomegalovirus
(CMV), meningitis y traumatismos del hueso temporal.
En cuanto al tratamiento, “hoy en día
bien se puede solucionar, bien con audífonos o con dispositivos implantables,
como los implantes cocleares, los implantes de conducción de vía ósea o los de
oído medio”, subraya la doctora Lavilla.
Decálogo
de signos de sospecha de la HU en la infancia
Hay que tener en cuenta que “la HU en los bebés y
niños muy pequeños es muy difícil de detectar por los padres o educadores,
aunque si hiciéramos pruebas electrofisiológicas a nivel cerebral,
detectaríamos cambios devastadores, extensos y tempranos, desde los primeros
meses de edad en el Sistema Nervioso Central”, asegura la doctora Lavilla. Por
ello, si no fuera por los programas de detección precoz de la hipoacusia, no se
empezaría a partir de 3-4 años de edad y la primera señal de alerta sería “que
el niño voltee la cabeza para dirigir el oído sano hacia la fuente sonora, como
la televisión, la música, las voces, etc.”, explica.
La Comisión de Audiología de la SEORL-CCC ha
elaborado un Decálogo de signos de sospecha de la hipoacusia unilateral para
concienciar sobre la importancia de no tener los dos oídos sanos.
1. Dirige el oído sano hacia la fuente
sonora: el niño dirige siempre el mismo oído hacia la fuente sonora: televisión,
juguetes con música, voces, teléfono y otras.
2. No localiza la fuente de sonido: no sabe
determinar la dirección de donde viene el sonido, la distancia o movimiento de
los sonidos, lo que le hace orientar continuamente la cabeza hacia el sonido,
con el fin de minimizar el hándicap auditivo y evitar el aislamiento social.
3. No localiza las voces en ambientes
ruidosos: en la calle no es capaz de localizar una voz de llamada, no sabe si le
llaman desde la derecha o la izquierda, por lo que mira hacia los dos lados y
se muestra con dudas e inseguro.
4. No localiza otras fuentes de sonido en
la calle: no localiza fuentes de sonido como las ambulancias o los coches, tiene que
visualizarlos antes para disponerse a cruzar, no sabe desde donde le vienen las
voces de otros niños. Esto le dificulta la orientación en el recreo y en
ambientes de juego.
5. Precisa complementar la información
auditiva con lectura labial: en la calle necesita el apoyo de
leer los labios de quien le está hablando para entender y comprender lo que le
dicen.
6. Presenta dificultad para entender
conversaciones en grupo: en un ambiente silencioso, si se le habla cerca y
hay un único interlocutor, suele entender las conversaciones. Sin embargo, en
ambientes de ruido y en conversaciones en grupo suele tener más problemas.
7. Tiene complicaciones para contestar si
se le habla por la espalda: tampoco oirá bien si se le habla de
lejos. Por ello, puede presentar dificultades de escucha en el colegio, sobre
todo si hay mucho ruido y los niños hablan a la vez o por la espalda y si no
está sentado en las primeras filas, o el profesor se mueve al hablar.
8. Necesita prestar más atención en el colegio:
tiene que
prestar más atención, hacer mayores esfuerzos, lo que hace que muchas veces
abandone la tarea y desconecte del resto.
9. Está más cansado: estos niños
se esfuerzan mucho durante el día por lo que al final acaban más fatigados y
más despistados.
10. Tiene déficit de autoestima: todas estas
circunstancias pueden complicar sus relaciones afectivas, familiares y
sociales, así como su calidad de vida, lo que repercute en su autoestima e
incluso aislamiento.
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