Sufrir
diabetes triplica el riesgo de tener
periodontitis y de que esta enfermedad de las encías sea más grave. Así lo ha puesto de relieve
en el XXX Congreso de la Sociedad Española de Diabetes el Dr. Eduardo Montero, profesor asociado de Periodoncia de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense (Madrid).
Además, ha recordado que “la periodontitis, a su vez, hace que el
control de la glucemia sea más difícil en personas con diabetes, aumentando
también el riesgo de sufrir las habituales complicaciones asociadas a la
diabetes (retinopatía, nefropatía, alteraciones neurológicas, enfermedades
cardiovasculares...)”.
No solo
eso. Según el experto de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), “el tratamiento periodontal ha demostrado que permite
mejorar los niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c) en alrededor de un 0,4%
en pacientes con dificultades para presentar un adecuado control de la
glucemia”,
lo que supone una disminución similar a la procurada por algunos tratamientos
antidiabéticos de referencia.
El valor de la consulta
dental
En
España, alrededor de un 6% de los sujetos con diabetes no son conocedores de
padecer esta enfermedad, lo que evidencia un claro problema de
infradiagnóstico. En este sentido, según el Dr. Eduardo Monterio, “la
clínica dental puede actuar como centro de cribado para las alteraciones en el
control de la glucosa (prediabetes y diabetes)”, un aspecto crucial que
está siendo evaluado en el estudio DiabetRisk, promovido por el grupo de
trabajo conjunto de la SED y SEPA.
Además, el Grupo de Trabajo SED-SEPA, de “Diabetes y
enfermedad periodontal”, formado por expertos de la Sociedad Española de
Periodoncia (SEPA) y la Sociedad Española de Diabetes (SED), ha
publicado recientemente una guía con recomendaciones que establece pautas para
el cuidado de la salud bucodental en personas con diabetes.
De
acuerdo a las recomendaciones de la IDF (International
Diabetes Federation) y de la EFP (European
Federation of Periodontology), los
sujetos con diabetes deberían de recibir educación en salud oral y ser remitidos
al periodoncista para recibir una exploración periodontal. En caso de que
se diagnosticara periodontitis, la comunidad médica debería asegurarse de que
son provistos los pertinentes cuidados.
Empoderamiento del paciente
Al margen de este tema, otro aspecto de especial interés que se debate en este Congreso
Nacional de Diabetes es el del empoderamiento del paciente, siendo el objeto
central de la conferencia plenaria que protagoniza
José Manuel Boavida, que es presidente de la Associação
Protectora dos Diabéticos de Portugal (APDP) y miembro del Conselho Nacional de Saude (Portugal), y
quien entiende el empoderamiento como “la forma de mantener nuestra libertad
y autonomía, incluso en un contexto de enfermedad o de incapacidad”,
asegurando también que “escuchar a los pacientes, tratar de comprender sus
frustraciones y anhelos, y adaptar la medicación y los consejos a cada persona
son fundamentales en el enfoque de la diabetes y en la búsqueda de la felicidad
de estas personas”.
Para alcanzar estos ambiciosos objetivos,
se necesitan importantes cambios en la relación clásica del médico y el
paciente. Tal y como defiende el presidente de la
APDP, “la formación de
los profesionales de la salud se centra principalmente en el diagnóstico y el
tratamiento de las enfermedades agudas, pero la perspectiva de seguimiento de
las enfermedades crónicas implica otra visión”.
Y es que, según José Manuel Boavida, “los profesionales de la
salud quedan atrapados en indicadores como la HbA1c pero hay que tener en
cuenta a la persona con diabetes y su autonomía, y la adaptación del
tratamiento al tratamiento individual. Este compromiso obliga a que la consulta sea un espacio de intimidad
en el que la persona se sienta libre de expresar sus temores y expectativas”. Por eso, se exige al profesional que “comprenda
la frustración de quien no alcanza los objetivos terapéuticos; debe primar el apoyo, y no la recriminación,
buscando nuevas soluciones, alternativas o pequeñas mejoras”.
Para mejorar la calidad de la atención
sanitaria se considera necesario que las personas con diabetes, y todos los que
participan en sus cuidados, se focalicen en lo que realmente interesa, es
decir, mejorar sus vidas, y no los números de sus análisis. Además, afirma el
conferenciante portugués, “debe darse
tiempo a los pacientes para que se adapten a su nueva situación” y es
el seguimiento de ese cambio que debe experimentar el que crea la relación
médico-paciente, “que no sólo es más gratificante sino también más eficaz
para alcanzar las metas de salud y bienestar propuestas”.
En Portugal se está evaluando el posible beneficio que se deriva de la
creación de espacios compartidos en la comunidad, guiados por profesionales de la salud: las casas de la diabetes. Siguiendo el
ejemplo de los grupos de interayuda (como alcohólicos anónimos), se estima que “compartir
entre pares puede ser un elemento clave en la aceptación de la enfermedad”,
afirma el presidente de la APDP, quien indica
como principales dificultades en el control de la diabetes “la falta de tiempo, la falta de preparación pedagógica y el no
reconocimiento de la importancia de la educación diabetológica”.
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