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El
trastorno por uso de tabaco es la principal causa de muerte en la población con
trastornos mentales
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El
interés de las personas con enfermedad mental por dejar de fumar es similar al
de la población general, pero encuentran muchas más dificultades para
conseguirlo
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha reabierto la
opción de incluir los tratamientos para el trastorno por uso de tabaco,
denominación incluida en las clasificaciones internacionales de trastornos
mentales, en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.
Este tema ya
ha sido objeto de debate en otros gobiernos, pero no ha terminado de
materializarse. Ahora ha vuelto a la agenda del Consejo Interterritorial del
Sistema Nacional de Salud, en cuya última reunión se acordó estudiar la
viabilidad de la medida y su coste-efectividad.
Aunque el
planteamiento está en una fase muy incipiente, desde la Sociedad Española de
Patología Dual (SEPD) celebran esta iniciativa, que consideran “esencial”,
ya que, según afirman, uno de cada dos cigarrillos es comprado por personas con
enfermedad mental y la adicción al tabaco, como cualquier otra adicción, es un
trastorno mental en sí mismo.
De hecho, la
adicción al tabaco es la principal causa de muerte en las personas con
trastornos mentales. Por lo tanto, los especialistas de la SEPD abogan por que
la adicción al tabaco sea tratada como otras enfermedades mentales y, en esta
línea, reclaman la financiación de los tratamientos para dejar de fumar.
Según la SEPD,
los estudios realizados en pacientes con trastorno mental, tanto ingresados
como en régimen ambulatorio, revelan que el interés que tienen por dejar de
fumar es similar al de la población general, pero que las dificultades que les
impiden alcanzar su objetivo son mucho mayores, entre ellas, el coste económico
no financiado de los tratamientos.
Tal y como
explican los especialistas, el tabaco vehiculiza la nicotina, cuyo efecto en el
cerebro humano está ejercido por el sistema colinérgico/nicotínico. Este
sistema de señalización del cerebro está implicado en el funcionamiento mental
y es disfuncional en las personas con trastornos mentales. Todo ello explica la
incidencia más elevada de la adicción al tabaco en personas con otro trastorno mental,
situación clínica que se denomina patología dual. Por todo esto, la SEPD hace
hincapié en que en estas personas el consumo de tabaco no es un hábito ni,
mucho menos, un vicio.
Por ello, los
expertos de la SEPD defienden que los tratamientos farmacológicos y las
terapias conductuales, en ese orden, contra la adicción al tabaco y que han
demostrado eficacia formen parte del abordaje integral de estos pacientes con
patología dual.
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