El próximo
domingo se celebrará el Día Mundial contra la Hepatitis, establecido por la OMS,
cuyo objetivo de este año será poner un especial énfasis en la necesidad de
realizarse las correspondientes pruebas de detección en los casos donde haya sospechas
o en pacientes de riesgo, ya que se estima que, actualmente, en el mundo hay 290
millones de infectados que no saben que lo son. El Dr. David Marín García,
responsable de la Unidad de Aparato Digestivo del Hospital Vithas Parque San Antonio, recuerda que «la mayoría de las
hepatitis son de origen viral, si bien pueden estar ocasionadas por otros
agentes. No todas las hepatitis virales son crónicas, de hecho la más frecuente,
la originada por la hepatitis A, no lo hace. Sin embargo, la originada por el
virus de la hepatitis E sí que puede hacerse crónica y es causa creciente de
brotes epidémicos de hepatitis en nuestro continente, por contaminación de
aguas o consumo de carnes poco cocinadas (cerdo, jabalí, ciervo)». La
cronificación de la hepatitis, especialmente de los virus de la hepatitis B y C,
pueden desembocar en cirrosis y cáncer hepático. Estos virus representan un
riesgo para la salud, pues hay alrededor de 350 millones de personas con
infección crónica por Hepatitis B y unos 170 millones de personas infectadas
crónicamente por el virus de la Hepatitis C.
Para evitar, en la medida de lo posible, un
aumento de este número de contagios los profesionales ofrecen una serie de
sencillos consejos. «En el caso de la Hepatitis
A, debemos tomar una serie de medidas de prevención en nuestros hábitos de
higiene diaria. Por ejemplo, lavarse las manos después de ir al cuarto de
baño y antes de preparar cualquier clase de alimento o de ponerse a comer.
Con los alimentos ocurre lo mismo, especialmente con las carnes y verduras. Hay
que lavarlos concienzudamente antes de cocinarlos o ingerirlos. Si por alguna
razón debemos manipular excrementos de otras personas, deberemos utilizar
guantes de goma y lavarnos siempre las manos. También tenemos que prestar una
especial atención a la potabilidad del agua, sobre todo cuando viajemos o
realicemos cualquier excursión» afirma el Dr. Marín.
Por su parte, la Hepatitis B es una
infección vírica del hígado que puede dar lugar tanto a un cuadro agudo como a
una enfermedad crónica. El virus se transmite por contacto con la sangre u
otros líquidos corporales de una persona infectada. Para prevenirla, el Dr.
Marín explica que la clave está en la vacunación y en los cuidados personales. «Las vacunas suelen aplicarse cuando la
persona está sana y ayudan al organismo a defenderse de la invasión de virus.
El objetivo es evitar que se contraiga la enfermedad. Los cuidados personales
más aconsejables son extensibles a cualquier persona: no usar el cepillo de
dientes o la máquina de afeitar de una persona infectada, usar guantes si
tenemos que tocar la sangre de otra persona, en el caso de hacernos un
tatuaje debemos asegurarnos que los instrumentos sean de un solo uso y
estériles, utilizar preservativo cada vez que se mantengan relaciones sexuales…»
En el caso de la Hepatitis C, esta es
una enfermedad del hígado causada por el virus del mismo nombre; ese virus
puede causar Hepatitis, tanto aguda como crónica, y su gravedad puede variar
desde una dolencia leve que dura algunas semanas, hasta una enfermedad grave crónica.
El virus de la Hepatitis C se transmite a través de la sangre, y la mayoría
de las infecciones se producen por exposición de sangre contaminada por el
virus de la hepatitis C en contacto directo con la sangre de la persona sana. Para
evitar su contagio, el facultativo del Hospital Vithas Parque San Antonio
recuerda que deben tomarse «las mismas
medidas de higiene que para la Hepatitis Tipo B».
Especial
cuidado durante los viajes.
Si se viaja a países de riesgo (África,
Centroamérica y el Caribe, América del Sur, Asia -excepto Japón-, Oriente
Medio, el Este de Europa y las islas del Pacífico -excepto Australia-) la mejor
medida de prevención es la vacunación. «Hay
que vacunarse al menos un mes antes del viaje y la protección dura más de
veinte años, siempre que se apliquen las tres dosis. Una vez allí, debemos
prestar especial atención a los alimentos evitando la ingesta de carne o
mariscos crudos. Si viajas es necesario informarse sobre tu lugar de destino
e intenta conocer las características del país y, especialmente, de las zonas
específicas que vas a visitar. No solo para saber si se trata de áreas
endémicas para ciertas enfermedades, sino también para averiguar los recursos
sanitarios con los que puedes contar en caso de contraer cualquier infección» concluye
el Dr. Marín.
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